Keyra de Salieri


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viernes, 18 de enero de 2013

La Educación de un Sumiso

    Indagando por internet, no recuerdo cual era el blog encontré un artículo que copié y me gustaría analizar a fondo:
 
  

  ¿Educar en qué medida y para qué?

    En una relación D/s se puede pensar que la parte Dominante puede diseñar y modelar a la parte sumisa a su imagen y semejanza, o a su gusto, pero ¿es realmente esto posible? ¿Cómo se consigue educar a un sumiso?¿tiene algún sentido?

   Para responder a estas preguntas me planteo varios tipos de educación, a partir de la propia definición de educar:

    Educar
1. Desarrollar las facultades intelectuales y morales de una persona.
2. Dirigir, encaminar, adoctrinar.
3. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.
4. Adiestrar o perfeccionar los sentidos.

a) Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía:

  Esta la hemos recibido todos en mayor o menor medida, y consiste en unas normas básicas de convivencia y de respeto, que en el caso de que brillen por su ausencia, con algo de esfuerzo, repetición y paciencia se pueden aprender.

b) Adiestrar o perfeccionar los sentidos:

  Hacerse a las prácticas en el grado que satisfaga a la Dómina conlleva una adaptación gradual, una educación de la sensibilidad, explorando los umbrales y los límites.

c) Dirigir, encaminar, adoctrinar (Educación adaptada):

   A partir de esta base la parte Dominante puede tener unas preferencias personales en cuanto al tratamiento en privado o en público, sobre determinadas acciones (como caminar por delante, por detrás, abrir puertas, etc, la mayoría recogidas en el manual del perfecto caballero, y es que siempre digo que siendo un caballero se va a todas partes), o actitudes (tono, posturas, mirada...).En este caso el sumiso aprende aquello que puede complacer a su Dominante, se adapta en cuanto a lo que se puede esperar de su respuesta y actitud.

d) Desarrollar las facultades intelectuales y morales de una persona:

  Esta fase de la educación, para quien quiera abordarla, puede implicar cambios en las creencias de la persona sumisa, asumir una nueva visión, abrir la mente a nuevas formas de pensamiento.

¿Es realmente esta educación posible?

  Para algun@s Dominantes la educación no tiene porqué incluir todas las acepciones del concepto y se quedarían en los dos primeros, incluso una parte del tercero y con paciencia éstos son perfectamente asumibles. Pero para los que se sumergen en la modificación de la conducta pueden encontrarse con algunas sorpresas, y es que un hábito puede cambiarse en tres semanas (eso aseguran los expertos), pero cuando se trata de un rasgo de la personalidad entonces nos metemos en terreno resbaladizo (demasiado...Cambiar a una persona es algo que nadie tiene derecho a hacer, nisiquiera intentarlo...).

  Una cosa es que queremos que nuestro sumiso nos diga "Mi Señora" detrás de cada frase, habrá que recordárselo las primeras cien veces, pero al final se queda grabado en el subconsciente y sale sin más, (condicionamiento clásico =P). Pero si nuestro sumiso es de los impuntuales, o de los poco atentos, o despistado, o rebelde... Intentar cambiar un rasgo de la personalidad produce cierto grado de frustración a la larga, ya que la persona tiene que pasar a ser algo que no es, y que no será cuando no esté en nuestra presencia.

  Si además intentamos que la parte sumisa vea la vida como la vemos nosotr@s, que asuma nuestra forma de entenderla, que la acepte, que se adapte a ella incluso dejando atrás sus propias creencias, entramos en un terreno aun más resbaladizo. Esta clase de cambios, para que sean profundos, deben proceder de la confianza, de la admiración, de la comprensión y del razonamiento, nunca de la imposición.

¿Cómo se consigue educar a un sumiso?

  Los castigos no son útiles en el caso de la educación en personas adultas. Para mi, el tener a una persona a mi lado constantemente insegura porque teme equivocarse a cada paso no es el tipo de relación D/s que quiero tener.

  No hay que confundir el castigo con aquellos juegos que lo parecen, porque un castigo tiene como motivación corregir una conducta indeseable, y por lo tanto no debería resultar agradable, por definición. Intentar cambiar a alguien a través de los castigos produce el efecto contrario, una rebeldía que al final deteriora la relación (muy cierto...).


    Sinceramente, la mejor manera de educar es a través de la aprobación del esfuerzo, de la apreciación de los cambios que se vayan realizando y del refuerzo positivo de una conducta adecuada, en lugar de castigar una conducta incorrecta. "La letra, con la sangre entra", está demostrado que no funciona y que se puede conseguir mucho más con dulzura y constancia.

¿Pero tiene sentido educar a un sumiso?

   Esta es la pregunta clave. Toda relación conlleva una adaptación, y en una relación D/s esto es aún más importante. Por supuesto que algo básico, como el tratamiento, o un cierto protocolo en privado y en público, ayudan al sumiso a sentirse más cómodo, más a gusto sabiendo que complace a su Dominante.

   Pero en el caso de querer cambiar a la persona, puede llegar a ser un fracaso. Sólo cambia quien quiere cambiar, y eso sucede de forma natural, sin que nadie se esfuerce en ello. Por supuesto que la parte sumisa puede cambiar, incluso transformarse, pero no será por la voluntad de la parte Dominante, como mucho será por su influencia, porque realmente con sus argumentos convenza a la otra persona de que vistas y hechas las cosas de otra manera el cambio puede ser a mejor. El único cambio que debemos buscar si es que es necesario siempre debe ser a mejor, la sinceridad es clave, y si vemos que algo daña a la persona debemos hacerle ver el error y que la propia persona decida y reflexione si es cierto que le daña o no, y por lo tanto, si intenta cambiarlo o no.

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